En 1886 en Chicago, EEUU, durante una manifestación contra la brutal represión en una
huelga, una bomba provocó la muerte de varios policías. Aunque nunca se pudo descubrir quién fue
el responsable de ese atentado, cuatro líderes obreros anarquistas fueron acusados, juzgados
sumariamente y ejecutados, quedando otro grupo de obreros condenados a prisión. El Congreso de
París de la Segunda Internacional, en julio de 1889, resolvió declarar el 1º De Mayo de cada año "Día
Internacional de los Trabajadores", para perpetuar la memoria de los "mártires de Chicago".