ES NECESARIO DEFENDER EL REGIMEN SOLIDARIO DE PENSIONES LA CLASE TRABAJADORA DEBE INCORPORARSE A LA LUCHA UNITARIA CONTRA LOS INFAMES PROPOSITOS NEOLIBERALES.
ES NECESARIO DEFENDER EL REGIMEN SOLIDARIO DE PENSIONES
LA CLASE TRABAJADORA DEBE INCORPORARSE A LA LUCHA UNITARIA CONTRA LOS INFAMES PROPOSITOS NEOLIBERALES.
Humberto Vargas Carbonell
I
Algunos señores están desesperados por hacer desaparecer el Régimen de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja Costarricense del Seguro Social y sustituirlo por el modelo impuesto por la dictadura de Pinochet en Chile en 1981.
Su argumento central es la afirmación de que cualquier sistema basado en la solidaridad social es una estafa, por favor releer: una estafa.
Se trata de una valoración ética que los neoliberales han tratado de imponer durante décadas.
Se trata de la consagración del individualismo frente a la solidaridad social. El individualismo es la consagración del más fuerte y el sometimiento del más débil. En las condiciones de la sociedad capitalista el generador de fuerza es el capital, es decir que los capitalistas deben dominar a los débiles, es decir a los trabajadores. Este es el ideal de los neoliberales fanáticos que, en las condiciones del momento, están interesados en destruir las conquistas de los trabajadores, logradas en el pasado, aunque sin producir cambios esenciales en el modo de producción basado en la explotación del hombre por el hombre.
Siguiendo el absurdo principio de los neoliberales se podría afirmar que el “Régimen de Enfermedad y Maternidad” es también una estafa, puestos que los asegurados sanos pagan sus cuotas y éstas se usan para atender a los que han perdido su salud. Según ese criterio los enfermos estafan a los sanos y los viejos pensionados estafan a los jóvenes.
Según esta estúpida concepción lo moral sería que las clínicas privadas exploten a todos los trabajadores y los bancos privados a los pensionados.
Ya en la antigua Roma se dijo que “el hombre es un lobo para el hombre” (Homo hominis lupus). Este es precisamente el principio central del neoliberalismo: los lobos del capitalismo devorando a los pobres que tienen que trabajar para comer. Así como obtienen ganancias en la producción (plusvalía) también debe enriquecerse el capitalista en la prestación de servicios y en el apoderamiento del sector estatal de la economía nacional.
El sueño dorado de los capitalistas es establecer el monopolio absoluto de la propiedad privada.
Ahora le llegó el turno a los sistemas solidarios de pensiones. Su lema: salir del fuego para caer en las llamas de la injusticia social.
II
El arma central de los neoliberales son algunos estudios de auditoria, entre los cuales sobresale el realizado por economistas de la Universidad de Costa Rica.
Los estudios económicos han sido diezmados por el neoliberalismo, han perdido su raigambre científica para convertirse en el arte de garantizar la máxima ganancia a los capitalistas. Las relaciones humanas están ausentes, no logran ver el futuro con criterio dialéctico, se limitan a condenar todo aquello que se aparte del interés del capitalismo. La justicia social, según ellos, anuncia siempre un desastre.
¿Qué hacer para mantener el modelo solidario de pensiones?
Pues corregir los errores, eliminar a los funcionarios incapaces, terminar con la corrupción y consultar a los principales implicados en estos problemas que son los trabajadores.
También es urgente realizar un estudio profundo sobre los costos de administración, las inversiones de los fondos del IVM, sobre su destino y rentabilidad.
Los trabajadores organizados, a los que no se les ha permitido organizarse pero cotizan, a los grupos de informales que igualmente requieren una pensión, todos deben ser informados y consultados.
Los remanentes que resulten de la necesaria revisión y ordenamiento de las llamadas pensiones de lujo deben convertirse en una contribución obligatoria al sistema de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja Costarricense del Seguro Social.
Si fuera necesario, establecer un impuesto específico para financiar el Régimen de Vejez, Invalidez y muerte.
III
Los neoliberales lloran lágrimas de cocodrilo cuando apelan a los problemas del IVM que maneja las Caja del Seguro Social. Decir que lloran es un eufemismo, estaríamos más cerca de la verdad si decimos que los cocodrilos afilan sus colmillos para continuar devorando los derechos de la clase trabajadora.
Obviamente nos le interesan los problemas del régimen solidario, su retórica hipócrita está diseñada para sustituir el modelo costarricense por otro, el instaurado por la dictadura de Pinochet en Chile.
Hace unas pocas semanas estuvo en nuestro país el fundador del sistema conque sueñan los neoliberales. Este asesor en materia de pensiones se llama José Piñera, fue ministro de trabajo y de minas del pinochetismo. Para decir lo menos, su conciencia y posiblemente también sus manos están salpicadas por la sangre de los muertos y torturados en aquellos años brutales.
Este señor instituyó las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) donde obligatoriamente los trabajadores debían ingresar sus ahorros. Esos ahorros eran fondos frescos y permanentes para que las AFP hicieran sus negocios. Los negocios resultaron ser muy jugosos y las pensiones miserables.
La panacea ofrecida para nuestros trabajadores por los neoliberales resultó un prolongado despojo de los trabajadores chilenos.
La agencia EFE informó el 17 de octubre del año pasado: “miles de chilenos asistieron ayer a la tercera gran marcha contra el actual sistema privado de pensiones impuesto en 1981 por la dictadura de Augusto Pinochet, a pesar de las bajas temperaturas y las intensas lluvias que han caído en la mayor parte del país…” y agregó: “Este llamado a luchar por un nuevo sistema provisional ya se instaló en la conciencia de la gente” indicó el vocero de la Coordinadora NO+AFP.
En la misma información se dice: “actualmente, el 90.75 por ciento de los jubilados de Chile recibe pensiones inferiores a 154.304 pesos mensuales (233 dólares), casi la mitad del sueldo mínimo establecido en el país suramericano, según un informe publicado por la Fundación Sol”.
Más abajo se dice: “seis AFP privadas concentran todos los ahorros de los trabajadores y trabajadoras y el 60 por ciento de los montos ahorrados está invertido en empresas fuera del país…”.
Agrego párrafos de un artículo del corresponsal del The New Times, señor Pascale Bonnefoy, del 13 de setiembre de 2016.
“El descontento sobre las pensiones en Chile se ha estado acumulando durante años. La razón: la mayoría de la gente debe seguir trabajando aún después de edad de jubilación mientras las empresas privadas han obtenido enormes ganancias invirtiendo los ahorros de seguridad social de los chilenos”.
“Los fondos invertidos por las administradoras contribuyeron al desarrollo de los mercados de capitales en Chile, lo cual estimuló el crecimiento económico y ha tenido retornos razonables. Hoy seis AFP—la mitad de las cuales son propiedad de empresas extranjeras—controlan 171 mil millones de dólares en fondos de pensiones, el equivalente es cerca del 71 por ciento del producto interno bruto de Chile, de acuerdo con la superintendencia de las AFP.”
Otras informaciones.
Los sindicatos acusan a las AFP de ser el fraude más grande de la historia.
“7 Confederaciones sindicales, que representan a los trabajadores metalúrgicos, bancarios y del comercio califican al actual sistema provisional como “el fraude más grande de la historia de los trabajadores”.
Así es que los neoliberales nos quieren imponer con argumentos falsos el sistema de la dictadura chilena y que es repudiado por los trabajadores.
Los neoliberales son los portadores de todas las desgracias de la presente etapa histórica. Es necesario ofrecer una resistencia total a esos propósitos. La jubilación significa la salud y la vida de los que han envejecido trabajando y en consecuencia, un derecho humano fundamental.